La necesidad de ornamentar el gran número de inmuebles tanto civiles como religiosos fundados al calor de la pujante economía, consecuencia de la importancia política y administrativa que adquirió la ciudad a partir del siglo XVI; determinó la proliferación de talleres de artistas locales así como la afluencia de grandes maestros de la cercana Andalucía, que dejaron en la ciudad una riquísima muestra de arte mueble.
Iglesia Mayor de Nuestra Señora de la Granada
La iglesia Mayor de Nuestra Señora de la Granada, custodia entre sus muros, buena parte de los ricos retablos que ornamentaron la mayor parte de las iglesias de los conventos construidos por la distintas ordenes religiosas asentadas en la ciudad que fueron desamortizadas en el siglo XIX. Es el caso de los retablos de Nuestro Padre Jesús, antiguo retablo mayor de la iglesia del convento de Santa Isabel, el retablo de la Virgen de los Dolores, procedente del convento de San Buenaventura o el retablo del convento de Santo Domingo. Destaca de entre todos ellos este último que es obra del llerenense Luis Hernández, fechado en 1588, dedicado a la Virgen del Rosario, hermosa imagen de candelero que preside el retablo, rodeada por pinturas al óleo de San Jacinto, San Luis Beltrán, Santa Rosalía y otros santos y devociones dominicas.
Son también de destacar la magnifica imagen de Nuestra Señora de los Dolores, impresionante obra en piedra del siglo XVII que representa el tema de la piedad con el hijo muerto entre sus brazos, procedente del anteriormente mencionado convento de San Buenaventura; las imágenes de San Ignacio y San Agustín procedentes de la iglesia del colegio jesuita, hoy situadas en el retablo mayor del templo, y la pintura situada en el muro lateral izquierdo del altar mayor titulada “ La entrega del verdadero retrato de Santo Domingo a la comunidad de Soriano” óleo sobre lienzo de grandes dimensiones y de extraordinaria calidad de la escuela de Zurbarán, también procedente de la casa dominica en la ciudad.
Además de estas obras procedentes de otros templos la iglesia custodia otras ejecutadas para el ornamento de la misma así como de las capillas particulares en ella erigidas. Es el caso de los restos de los retablos de la Capilla del Prior y de la desaparecida capilla de Martín Engorrilla. Se trata en el primer caso de unas tablas con relieves renacentistas, así como una muy destacada imagen de San Jerónimo penitente fechadas en torno a 1585 y obras del escultor sevillano Juan Bautista Vázquez el Viejo, considerado como el introductor, con esta obra, de las formas manieristas en la Baja Extremadura. De la capilla de Martín Engorrilla se conservan por su parte unos relieves, hoy situados en el retablo de San Miguel, que representan a San Lucas y San Marcos Evangelista, y cuya autoría, por la elegancia y manierismo de sus formas, se atribuye a los artistas llerenenses del siglo XVI Juan Marín y Juan de Valencia. También del siglo XVI es una imagen de la Asunción de Nuestra Señora atribuida al Sevillano Roque Balduque, cuya procedencia es del todo desconocida, situándose hoy en día adosada al muro de la Epístola de la capilla de San Juan Bautista.
Dentro de la estética barroca destacan obras tan interesantes como el retablo mayor de la propia capilla de San Juan Bautista, el de las Ánimas Benditas con un óleo sobre lienzo en el que se representa el Juicio Final, así como la pintura titulada “Cristo muerto en la Cruz”, obra de Francisco de Zurbarán, quizás procedente del desaparecido retablo mayor del templo, así como un óleo sobre lienzo atribuido al mismo autor custodiada en la sacristía en la que se representa a San Pedro.
Además de las interesantes muestras de retablística, escultura y pintura conservadas en este templo son de destacar otras muestras artísticas como las azulejerías del siglo XVI conservadas en las capillas de San Juan Bautista y del Prior, atribuyéndose la de esta última a Nicolás Pissano, las rejas de hierro forjado del siglo XVI, la sillería del coro y el órgano barroco de la capilla de San Juan.
Mención aparte merece la impresionante colección de obras de platería custodiada en el llamado tesoro de la Virgen, fruto de las numerosas donaciones hechas a Nuestra Señora de la Granada a lo largo de los siglos, de diversas procedencias y estilos , muchas de ellas salidas de los afamados talleres de plateros llerenenses.
Iglesia de Santiago
En la iglesia de Santiago se custodian además de una interesante serie de retablos, pinturas e imágenes de estética barroca, el sepulcro del Maestre de la Orden de Santiago don Alonso de Cárdenas y de su esposa doña Leonor de Luna, obra de gran calidad de estilo gótico internacional, del tipo exento, labrado todo él en alabastro. El sepulcro que fue tristemente adosado a uno de los muros de la cabecera del templo cuenta además de con las efigies de don Alonso y su esposa con el yelmo y el caballo a los pies y un ángel que porta el libro de oraciones respectivamente, con una serie de tableros en los que se labran los escudos de las dos familias sostenidos por sonrientes ángeles, así como las efigies de santos y apóstoles como Santiago el Menor, Santa Práxedes, Santa María Salome, etc.
Estos tableros se sitúan en la actualidad policromados y en la predella del retablo mayor. También es de destacar la imagen goticista del titulardel templo, Santiago, representado como peregrino, de talleres llerenense y fechable en el primer tercio del siglo XVI. En la sacristía del templo se conserva un curioso y pequeño armario, también del siglo XVI, adornado con pinturas de ángeles y las efigies de San Pedro y San Pablo que debió de servir en otro tiempo para guardar en su interior los vasos y ornamentos sagrados.
Convento de Santa Clara
También son muy numerosas las obras de arte mueble que alberga el Convento de Santa Clara, muchas de ellas de excepcional calidad y maestría inigualable.
Es el caso de la imagen de San Jerónimo Penitente que hacia 1600 ejecutara junto con el retablo mayor del templo el artista sevillano Juan Martínez Montañés. También se atribuyen a Montañés las imágenes de San Francisco y de Cristo Resucitado lamentablemente desvirtuadas por repintes posteriores. Es tremendamente llamativa por su calidad y teatralidad barroca la imagen de Cristo yacente situado en el lado del Evangelio del coro bajo de la iglesia cuyo pecho se abre para albergar un sagrario hornacina. También se conservan en la clausura del convento dos crucificados de marfil, ambos del siglo XVI, uno de ellos de pequeño tamaño de escuela hispano-filipina y el otro donado por el licenciado Luis Zapata de escuela castellana. Además en la iglesia de este convento podemos admirar magnificas muestras de al pintura española del siglo XVII como es el caso de las pinturas alegóricas de la pasión de Cristo, del coro bajo, o los retablos de “La Porciuncula” o de la “Expulsión de los sarracenos por Clara de Asís”.
Iglesia de la Concepción
En la iglesia de la Concepción podemos destacar como obra más sobresalientes de entre todas las que allí se conservan, el retablo de “La Imposición de la Casulla a San Ildefonso” obra atribuida al escultor llerenense del siglo XVI Luis Hernández. En la actualidad se encuentra incluido en este retablo una urna de cristal que alberga la imagen del Santísimo Cristo de los Agonizantes, propiedad de la Ilma. Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Entierro, emotiva imagen que gozó de gran devoción y popularidad entre los fieles de la ciudad en los siglos pasados.
Además de las interesantes muestras de pintura, escultura, platería… conservadas en las distintas iglesias y conventos de la ciudad hemos de hacer mención a aquellas que se custodian en los palacios de la misma. Es el caso de la imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, del siglo XVI y la mazas de plata de 1588del Palacio Consistorial o el crucificado gótico del siglo XIII del Palacio Maestral. También es digno de mención el rico patrimonio artístico propiedad de las hermandades y cofradías de la ciudad, obras de escultura, orfebrería y bordados con una antigüedad en mucho de los casos superior a los trescientos años.