El taller se desarrolló en el marco de la programación de las Fiestas Mayores Patronales 2023.
El toque manual de campanas está declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Durante las Fiestas Mayores Patronales, el Ayuntamiento de Llerena ha celebrado una serie de actos para la defensa y recuperación de esta tradición en el campanario de la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada. El Grupo de Campaneros de Extremadura se sumó a esta iniciativa que ha contado a su vez con la colaboración de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Granada. El día 14 de agosto, con motivo de la víspera de la Fiesta de la Asunción, Juan de Dios Llorente, campanero de Llerena, acompañado de los participantes en el Taller celebrado el día 12 de agosto, junto al coordinador de Campaneros de Extremadura, José María Benítez Carroza, realizaron una exhibición de repiques manuales de campanas con la recuperación del repique festivo.
La primera teniente de alcalde y concejala de Turismo y Festejos, María Dolores Millán Enamorado destacó la importancia de la conservación y puesta en valor del toque manual de campanas como seña de identidad cultural de nuestra ciudad.
A lo largo de los siglos, el toque de campanas ha servido como medio de expresión y comunicación en España, cumpliendo una serie de funciones sociales, desde el intercambio de información hasta la coordinación y la protección. El toque manual de campanas español forma parte desde el 30 de noviembre de 2022 de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. En la actualidad perviven en España más de treinta modos diferentes de toque manual de campanas, un lenguaje sonoro que se ha mantenido a lo largo de los siglos como un medio de comunicación comunitario. Con un amplio repertorio de formas y técnicas, tanto en el ámbito religioso como en el civil, los toques de campana han regulado multitud de aspectos de la vida festiva, ritual, laboral y cotidiana.
La protección de este lenguaje por la UNESCO supone poner en valor y asegurar la continuidad de esta tradición común, compartida entre los diversos pueblos de España. Además, contribuye a proteger unos sistemas de comunicación, casi siempre únicos, al borde de la extinción por la falta de campaneros, figura fundamental para salvaguardar esta práctica ancestral.